10 cosas para hacer en Sydney

10 cosas para hacer en Sydney

¡Bienvenidos otra vez! En esta publicación voy a inaugurar una nueva sección: 10 cosas para hacer… 

Y en esta primera entrada, de mi increíble y novedosa idea (sabemos que no), les traigo las diez cosas que, para mí, no se pueden perder de hacer en Sydney.  Teniendo en cuenta que es una ciudad de más de 12.000 km2 y una de las más grandes de Australia, lo voy a hacer más fácil y les voy a mencionar solamente los diez lugares que (para mi) no pueden dejar de recorrer en esta ciudad. 

Pero antes de empezar, vamos con un poco de contexto: Sydney es una ciudad ubicada en la parte sudeste de Australia, y es la capital del estado de New South Wales (Nueva Gales del Sur). Es la ciudad más grande y poblada del continente, y  también es una de las 15 ciudades más visitadas del mundo, o esto al menos es lo que dice Google. Antiguamente la ciudad era una colonia penitenciaria británica, sin embargo hoy es el centro financiero del país y el punto más común de llegada para todos los inmigrantes y turistas que lo visitan. Y aunque suene sorprendente, no es la capital del mismo. 

Ahora, volviendo a lo que les prometí…

10 cosas para hacer en Sydney:

1. Opera House: 

Si hablamos de Sydney no podemos dejar de mencionar al Opera House, uno de los edificios más icónicos del mundo y un símbolo inconfundible de Australia. ¿Quién no vio por la tele o en un video el show de fuegos artificiales de año nuevo, con este famoso edificio delante? 

Esta Ópera es un centro cultural donde se realizan más de 1,500 eventos cada año, incluyendo ballets, conciertos de música clásica, teatro y espectáculos contemporáneos. Pero incluso si no les interesa ir a disfrutar de un espectáculo, se puede hacer un recorrido guiado por el edificio para poder conocerlo por dentro, o simplemente sentarse afuera, en sus escaleras, a disfrutar de las vistas del puerto y la ciudad. 

2. Harbour Bridge:

El Sydney Harbour Bridge es otro ícono de Sídney, y es uno de los puentes de arco de acero más grandes del mundo. Une el centro de Sídney con el distrito norte de la ciudad y para cruzarlo hay cuatro opciones: en auto o en bici, por supuesto.

Pero también se puede cruzar caminando por la pasarela peatonal, la cual es una de las experiencias más recomendadas, ya que ofrece vistas panorámicas inigualables de la Ópera de Sídney, el puerto y los rascacielos de la ciudad (y es gratis).

Y a su vez existe una experiencia llamada “BridgeClimb”, que es una actividad en la que, equipados con arneses de seguridad, se puede subir por la estructura del puente hasta la cima, y se puede disfrutar de una vista impresionante de 360 grados. Esta actividad es bastante famosa y se ofrece tanto de día como de noche, con cada horario ofreciendo su propio encanto.

3. Museo de Arte Contemporáneo:

Este museo es uno de los principales centros de arte moderno y contemporáneo de Australia. Se encuentra en el barrio de The Rocks, y además de sus colecciones de arte, ofrece vistas impresionantes del puerto y del Opera House. Si les interesa el arte, realmente es un museo muy interesante para recorrer, ya que tiene una amplia colección de arte contemporáneo australiano, y varias muestras de obras de artistas indígenas. Además, en la terraza del museo hay un café en donde se puede disfrutar de las vistas del puerto. Es un gran plan para un día lluvioso en la ciudad. 

4. Darling Harbour:

Darling Harbour es una de las zonas más populares de Sídney. Está ubicada cerca del centro de la ciudad, y es famosa por sus restaurantes, bares y cafeterías que bordean el paseo marítimo, ofreciendo una gran variedad de opciones gastronómicas con vistas al agua.

Durante la noche los fines de semana, suele haber un espectáculo de luces y agua que es hermoso para disfrutar.

Acá también podemos encontrar distintos museos y un acuario, así como también un jardín chino de la amistad y uno de los parques infantiles más grandes de Sydney. Todos estos lugares y espacios comunes diversos, explican porque Darling Harbour es uno de los destinos más turísticos de la ciudad. 

5. Bondi Beach:

Bondi Beach es una de las playas más famosas de Australia y es un lugar popular tanto para locales como para turistas, por lo que no podía no mencionarla. La playa es hermosa y es el lugar ideal para nadar, surfear o simplemente relajarse al sol.

Además, cuenta con varios cafés y restaurantes en su costa, por lo que se puede ir a comer o tomar algo mientras se disfruta de las vistas de la playa. 

6. Palm Beach:

Situada al norte de Sídney, es una de las playas más exclusivas y pintorescas de la región y es famosa por sus aguas cristalinas y su ambiente relajado. Lo que la hace el destino ideal para pasar un día de relax, alejados de la ciudad. 

Lo destacable de este destino es que se puede hacer una caminata hasta el faro de Barrenjoey (no sin esfuerzo, ya que hay que subir muchas escaleras), para disfrutar de una de las vistas más icónicas de la ciudad, donde se puede ver el contraste entre la playa abierta al océano, con las olas que rompen en la orilla, y el otro lado más calmado de Pittwater.

7. Caminata de Bondi a Coogee:

Es una de las rutas costeras más pintorescas de Sídney, y una actividad imperdible si les gusta la naturaleza y el aire libre. Es un sendero de seis kilómetros que sigue la línea de la costa desde la famosa Bondi Beach hasta Coogee Beach, pasando por varios otros puntos conocidos como Tamarama, Bronte y Clovelly. A lo largo del camino, se pueden ver distintos acantilados rocosos y playas escondidas. 

Esta caminata dura de dos a tres horas en total, y es apta para todos, exceptuando gente en silla de ruedas, ya que el sendero no está adaptado. 

8. Caminata de Rose Bay Beach a Hornby Lighthouse:

Este trayecto no es tan conocido, sin embargo no por eso es menos increíble. Es un camino costero de aproximadamente 7 km en donde se van a poder encontrar con pequeñas playas, bahías, miradores y unas vistas impresionantes de la ciudad a lo lejos. 

A lo largo del camino hay áreas de picnic y distintos sitios históricos como búnkeres de la Segunda Guerra Mundial y cañones que formaban parte de las defensas costeras de Sídney. Es el paseo ideal para hacer durante un día no muy caluroso, ya que la caminata es larga y no hay mucho resguardo del sol. 

El puente de Parsley Bay (totalmente construido en madera) a mitad de camino y el Faro de Hornby al final son los dos puntos más destacables, a mi parecer, de este recorrido fantástico por las costas de Sydney. 

9. Manly:

Manly es uno de mis destinos preferidos en Sydney, y se puede llegar después de hacer un viaje corto en ferry desde Circular Quay. Este viaje en sí ya es una experiencia, porque ofrece vistas increíbles del puerto de Sídney, el Opera House y el Harbour Bridge. 

Este suburbio tiene varias playas, aunque la principal es Manly Beach, que está rodeada por un paseo marítimo con cafés y restaurantes, lo que la hace el lugar perfecto para pasar el día. Sin embargo, también cuenta con otras playas como Shelly Beach, que es ideal para practicar esnórquel, o Freshwater Beach, donde se puede ir a surfear. 

10. Blue Mountains:

Las Blue Mountains son una región montañosa a unas dos horas de Sídney, conocida por sus formaciones rocosas, valles cubiertos de eucaliptos y cascadas, y es el lugar perfecto para hacer una escapada de la ciudad.

El nombre «Blue Mountains» proviene de la neblina azulada que emanan los árboles de eucalipto y que se puede ver a lo largo del horizonte. 

Las Tres Hermanas, la formación rocosa más conocida de la zona, es uno de los lugares más fotografiados en Australia. Además de ser un destino popular para el senderismo, las Blue Mountains ofrecen una variedad de actividades al aire libre, como escalada en roca, ciclismo de montaña y exploración de cuevas. Si viajan en tren desde Sydney, van a llegar primero a Katoomba, un pueblo encantador en donde van a poder encontrar galerías de arte, cafés y tiendas de antigüedades, lo cual hace que sea la perfecta base para quedarse, si quieren recorrer esta región por un par más de días. 


En mi opinión estas son las 10 cosas imperdibles para hacer en Sydney, ¿Y para ustedes? ¿Qué otros lugares sumarían? ¡Dejenme en comentarios qué les pareció esta guía!

Si quieren más información sobre las actividades, pueden entrar a la página oficial de la ciudad, que ahí pueden encontrar mucha más data: https://www.sydney.com/destinations

Espero que les haya gustado, ¡nos leemos en la siguiente publicación! 

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Primera parada: Sydney, Australia

Primera parada: Sydney, Australia

Aprovechando que este es el primer post oficial acerca de mis viajes, vamos a ir un poquito hacia el pasado y les voy a contar sobre mi primer viaje: Sídney, Australia. Mi primer destino en esta aventura de viajar sola.

Desde el vamos, fue un caos de emociones. Para ser honesta, dejar Argentina fue la parte más fácil. Si bien sabía que iba a extrañar a mi familia y a mis amigos, estaba tan emocionada por empezar esta nueva etapa en mi vida que me ganaba la emoción. No hubo lágrimas ni tristeza al despedirme en Ezeiza (al menos de mi parte), y con mucha alegría me subí al que sería el vuelo más largo que tomé hasta ahora, con rumbo a Australia.

Ahora, vamos por partes. Voy a admitir que mi principal preocupación hasta el momento era que el viaje duraba 45 horas y no tenía cómo bañarme en el medio. Inicialmente, había reservado un vip para ducharme en el aeropuerto de Dallas, durante una escala. Pero después la aerolínea me cambió los vuelos y ya no frenábamos ahí, por lo que perdí la reserva y me resigné (sin mucha alegría) a no poder ducharme por lo que durara el viaje. Créanme, llegar a un hostel a conocer gente nueva sin haberme bañado ni cambiado por dos días enteros no estaba en mis ideales, pero no veía mucha más alternativa. Sin embargo, y por suerte, me cancelaron el último vuelo y la aerolínea me mandó a un hotel cerca del aeropuerto de Los Ángeles para pasar la noche y volar al día siguiente. Por lo que, pese a que el viaje pasó a ser de 56 horas en total, me pude duchar y dormir en una cama decente, y a eso yo lo llamo ganar.

Una vez que llegué a Sídney, ahí sí empezaron los nervios fuertes. No solo porque me tenía que mover en una ciudad que no conocía, ya de noche, con prácticamente todo cerrado, sino que además tenía que luchar con una valija de 32 kg, un carry-on de 10 kg y mi mochila, que vaya uno a saber cuánto pesaba (sí, eso de viajar ligero no es lo mío). Ni hablemos del estrés que me generaba saber que tenía que llegar sin conocer a nadie y socializar. ¡Socializar! Los cólicos que tuve todo ese viaje hasta el hostel fueron insuperables. Pero por suerte, y para mi sorpresa, cuando llegué había otro grupo de argentinos que habían pasado por lo mismo solo unas horas antes y enseguida nació una amistad, o el principio de una, y la organización de los planes para recorrer la ciudad al día siguiente.

Con el tiempo, y viendo todo el viaje en retrospectiva, la verdad es que tuve mucha suerte de llegar en la época en la que llegué a la ciudad. Coincidí con una medida del gobierno para incentivar el turismo, por lo que los primeros diez días todos los bondis y trenes que tomamos con mis amigos para movernos (siempre dentro de los límites de la ciudad) fueron gratis. Y eso, para unos argentinos recién llegados y muy cortos de presupuesto, fue una salvación, porque nos permitió recorrer lugares que, si hubiéramos tenido que pagar para ir, no hubiésemos podido.

Si nunca fueron a Sídney y solo vieron las típicas fotos del Opera House y el Harbour Bridge, créanme que es una ciudad INCREÍBLE, con muchísimas más cosas que ver que esas dos. En el poco tiempo que estuve, pude recorrer el jardín botánico, que es un lugar enorme y muy lindo. Fui a distintos suburbios de los alrededores, como Manly, que tiene unas playas hermosas para pasar el día. Pude ir también a la región montañosa “Blue Mountains”, que está a dos horas en tren de la ciudad y tiene distintos caminos y bosques donde se pueden hacer varios trekkings. Dicho esto, voy a dejar de nombrar las distintas cosas que hice y se pueden hacer en Sídney, porque ya me siento una publicación de TripAdvisor. Mejor lo dejamos para otra entrada.

Otra cosa que tuvimos a nuestro favor todos los que llegamos en ese momento, fue que Australia recién volvía a abrir las fronteras después de la pandemia. Por lo que conseguir trabajo no nos llevó tanto tiempo como decían que antes llevaba, o ahora al parecer. De hecho, casi todo mi grupo de amigos se fue directo a trabajar en distintas Solar Farms. En mi caso, tuve la oportunidad de ir a otra ciudad, en la parte oeste de Australia, a hacer trabajo de hospitalidad. Ya les contaré en otro momento acerca de esa experiencia.

Volviendo a Sídney, creo que, al menos en ese momento, era un buen lugar para iniciar y conseguir oportunidades. Estando ahí, no solo pude conocer gente y nuevos lugares, sino que pude tener mis primeras experiencias laborales en inglés. Con una amiga nos habíamos anotado en una agencia de trabajos casuales, y gracias a eso terminé trabajando en un partido de rugby y otro de “footie” (si nunca lo oyeron nombrar, es porque es uno de los tantos inventos australianos).

Yo solo vendía comida, pero fue muy divertido ver cómo la gente se comportaba y reaccionaba ante los resultados de los partidos (nada igual a lo que se ve en Argentina, créanme). También trabajé en la reinauguración de un hotel, y tuve que sostener durante tanto tiempo unas bandejas con copas de champán, para recibir a la gente. Les juro que sentía que se me iba a doblar la muñeca para el otro lado y se me iba a caer todo. Cuando lo vemos en las películas, no somos conscientes de lo MUCHO que pesan esas bandejas con copas, como para llevarlas tanto tiempo. Al final, casi rogaba que la gente me agarrara las bebidas que ofrecía.

Pero bueno, para ir cerrando la historia y en resumen, las tres semanas que estuve en la ciudad, para mí, fueron las mejores primeras semanas que podría haber tenido. Con amigos nuevos, disfrutando de unas vacaciones, practicando otro idioma y aprendiendo a moverme sola en otro país. Fueron el inicio perfecto de esta aventura de viajar sola por el mundo.

Con respecto a mis amigos, me gustaría hacer una mención, y es que creo que a veces no somos conscientes del impacto que podemos tener en la vida de las otras personas. Estoy segura de que los chicos no saben lo bueno que fue para mí haberlos conocido en ese momento, que me hayan abierto los brazos de la forma en que lo hicieron y que, pese a que después cada uno siguió su camino, hasta el día de hoy y para siempre van a tener un lugar asegurado en mi corazón. Porque esas semanas para mí fueron y serán inolvidables. Fue una aventura que se sintió tan increíble y genuinamente buena, que sentí que no podía estar mejor encaminada, nada podía salir mal de ahora en más, estaba tomando las decisiones correctas. Creo que fue la primera vez en mi vida que me sentí así (spoiler alert: fue la primera, pero no la última).

En fin, me dejo de poner sentimental por el momento. Espero que les haya gustado leer sobre mi primera experiencia viajando. Si quieren saber más sobre algo que haya mencionado o tienen alguna duda o consulta sobre la ciudad, no duden en dejarme un comentario.

¡Nos leemos en la siguiente entrada!

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